Exposición Rincones de Murcia (Miguel Vivo)


Catedral de Murcia
Óleo
122 x 75 cm.
2012


"Al más íntimo sentimiento de pertenencia a una ciudad se hallan unidos, para sus habitantes –y también, en el recuerdo, para el viajero que se haya detenido un tiempo en ella- el timbre y los intervalos con que los relojes de sus torres dan las primeras campanadas." Este fragmento de Dirección única de Walter Benjamin, parece describir Murcia. Miguel Vivo es un artista murciano que comenzó su trayectoria artística a finales de los años 80; ha expuesto desde entonces en diversas galerías, museos y centros culturales de toda España y fuera de ésta. Siempre se ha centrado en el nuevo realismo, porque para él, el engaño bidimensional conecta directamente con los enigmas más profundos y oscuros del ser humano. Ha pasado por diferentes etapas dentro de ese hiperrealismo, ya siendo debido a la utilización de unos colores concretos o por la forma de ver más allá, pero estando siempre a la altura de Antonio López en cuanto a calidad artística. En su etapa actual, trata de deshacer lo ya hecho. Primero crea las obras partiendo de la realidad y después las va modificando; es una especie de acto de deconstrucción -como del que hablaba Jacques Derrida-, ya que Vivo construye y posteriormente destruye, conformando así una obra realista de aspecto inacabado, en la que el espectador incide en esos pequeños fragmentos he intenta encontrar qué más hay por descubrir. Según Theodor W. Adorno en Mínima Moralia, "el gusto es la capacidad de equilibrar en el arte la contradicción entre lo hecho y la apariencia de lo inacabado; pero las verdaderas obras de arte, jamás acordes con el gusto, son las que acentúan al máximo aquella contradicción y llegan a ser lo que son pereciendo en ella", así que podemos acudir directamente a este filósofo para comprender la obra de Miguel Vivo y catalogarla como verdaderas obras de arte en su máxima expresión.

"Las aceras atestadas […], las mujeres, las tiendas y las curiosidades. Un millón de habitantes de maneras libres y orgullosas, de voz franca, acogedores; los jóvenes más intrépidos y más cordiales." Así habla Walt Whitman enHojas de hierba sobre Manhattan, donde vivió un tiempo, ciudad en la que fue editor del periódico La Aurora. Y esas mismas palabras, pueden equipararse con Murcia a la hora de su descripción. Pero Murcia, tan llena de vida debido al ambiente que hay siempre por sus calles, sigue reconociéndose en estas obras en las que no vemos ni un solo personaje. Así podemos ver que la arquitectura de Murcia siempre permanece y forma parte de la esencia de la ciudad, y aunque no veamos a sus habitantes y visitantes, sabemos que están ahí, formando parte de las obras aunque no estén en ellas. Al ver una pintura de Miguel Vivo en la que aparece algún rincón de Murcia, no sólo vemos su gran maestría pictórica, ni simplemente el lugar en sí, también vemos la ausencia de quien ha estado ahí, junto a todos los recuerdos. Todo permanece, no importa que no podamos verlo, sabemos que ha estado sin estar.


Sofía Martínez Hernández.
Historiadora de Arte.

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